miércoles, 31 de marzo de 2021

Natura Cultura: El Paramito Alto, tierra de los timote

 



A propósito de que por primera vez estará el episodio dedicado a El Paramito Alto, de la serie Natura Cultura, comparto el guión escrito especialmente para la serie.


Pero antes, recordar que existe la siguiente publicación vinculada a mi trabajo con el pueblo timote:


Gómez De la Espriella, Carlos

De los filos panorámicos a la intimidad del fogón

Fermentum. Revista Venezolana de Sociología y Antropología, vol. 19, núm. 56, septiembrediciembre, 2009, pp. 530-546

Universidad de los Andes

Mérida, Venezuela

https://www.redalyc.org/pdf/705/70517761007.pdf


Resúmen


El autor expone una experiencia profesional como cineasta, que desembocó en un proyecto colectivo –circunscrito específicamente en el área de la etnografía audiovisual–, cuyos protagonistas principales fueron los integrantes de la comunidad indígena de El Paramito Alto, localizada en las cercanías de la población de Timotes, hacia el este del estado Mérida, Venezuela. En este artículo también se hace un recorrido por la manera como se dio paso al cine latino que realmente reúne hoy condiciones para asimilarse a la etnografía.

Palabras clave: mancomunidad indígena, etnografía, cine, cine etnográfico, documental etnográfico



Para saber más sobre los indígenas timote, recomiendo la siguiente lectura:


Bastidas Valecillos, Luis

De los timoto-cuicas a la invisibilidad del indígena andino y a su diversidad cultural

Boletín Antropológico. Año 21, No 59, Septiembre-Diciembre 2003, ISSN: 1325-2610. pp. 283-312.

Universidad de Los Andes 

Mérida, Venezuela


Resúmen

A través de la metodología etnohistórica, el autor plantea como desde el momento de la llegada de los españoles a la Cordillera Andina de Mérida se intentó asimilar al indio a la cultura dominante, a pesar de la diversidad étnica y cultural existente, actitud que perduró durante los tres siglos de la colonia y se perpetuó en los siglos XIX y XX, no sólo al seguir una política donde se trató, inclusive, por medios jurídicos de invisibilizar al indígena. También plantea la utilización errónea del termino Timoto-cuicas, por parte de la historiografía oficial y la etnología tradicional, pues considera que tal término es homogeneizador e invisibilizador al igual que las políticas coloniales y republicanas. Finalmente expone una reseña histórica de los actuales Timote, así como la visión de la historias que manejan los Timote y la resistencia que estos y otras comunidades de Mérida y Venezuela han mantenido a pesar de los intentos asimilacionistas e invisibilizadores inducidos desde las elites de la sociedad criolla.

Palabras claves: Indios, Mérida, Invisibilización, Asimilación.



***


N a t u r a  C u l t u r a

El Paramito, tierra de los timote


Capítulo 5. Duración: 45 minutos

Guión (Propuesta temática)







Sinopsis: El Paramito, mancomunidad indígena donde habitan los timote, pueblo aborigen del estado Mérida que se atrevió a despojarse de la vergüenza étnica. Su resistencia cultural se manifiesta especialmente en la armonía con que conviven diariamente con su entorno natural. Rodeados de la neblina que exhala del frailejón, los timote no cesan en su afán de recuperar el territorio que legalmente les corresponde. En la calidez que a sus hogares imprimen los fogones, los adultos cobijan sueños y anhelos de mejores condiciones de vida para ellos y sus hijos.



SERIE: Natura Cultura

CAPÍTULO: El Paramito, tierra de los timote

PRODUCTOR: Carlos Gómez de la Espriella

GUIONISTA: Marlen Leal


Locación: El Paramito (parte alta), con una altura de 3 mil metros sobre el nivel del mar, pertenece al municipio Miranda del estado Mérida, República Bolivariana de Venezuela.


1. CRÉDITOS INICIALES


Este programa ha sido financiado con recursos del Fondo de Responsabilidad Social como un aporte de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión para el desarrollo de la producción nacional y la construcción del nuevo modelo comunicacional”


2. Portada Inicial (Duración: 0.30)


Una selección de cuatro breves momentos de los testimonios, que entre todos no superen los 10 segundos, donde los testimoniantes adelantan algo sobre lo que más aprecian de su patrimonio natural y cultural, da paso a una combinación de escenas representativas de la serie, con textos superpuestos que son los subtítulos comunes a la estructura de los distintos capítulos: “De los orígenes”, “De la cotidianidad”, “De las tradiciones”, “De las esperanzas”, etc.


3.- Texto explicativo (Duración: 0.15)

Los timote fueron invisibilizados en los siglos XIX y XX por las elites criollas en sus intentos de dominación. Perdieron su lengua original. Desde 1999 tratan por la vía jurídica de recuperar su territorio ancestral.”


Hoy los timote –conformados por unas 100 personas distribuidas en aproximadamente 20 familias– se reconocen más indígenas que nunca. Lograron arrancarse la vergüenza étnica.”


4.- Segmento A (Duración: 10.15)

4.1.- ANIMACIÓN 2D. SUB-TÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el primer tema, luego del texto explicativo inicial.


De los orígenes…


El actual pueblo Timote desciende de los pueblos Mucuxaman, Quindora, Chuquimpú, Mucumbás y Mucugua, indígenas que presentaron una férrea resistencia armada y cultural ante la avasallante conquista española.


El docente Luis Bastidas, integrante del Centro de Investigaciones Etnológicas de la Universidad de Los Andes, señala que el material arqueológico de los Timote ha sido prácticamente saqueado en su totalidad, pero asegura que existen algunos indicios que dan cierta información sobre su modo de vida antes del contacto con el español.


Aún hoy se observan ciertas evidencias arqueológicas –refiere Bastidas– que nos indican que en el plano arquitectónico predominaron las construcciones líticas, como fue el caso de las viviendas, acequias o canales de riego, caminos y terrazas, así mismo utilizaron cerámica en la elaboración de objetos rituales y utilitarios”.


Resalta el investigador que la primera vez que los españoles dan noticias sobre este pueblo es en el juicio a Juan Rodríguez Suárez en el año 1558. “Posteriormente los cronistas, particularmente Fray Pedro de Aguado, los presentan como uno de los grupos indígenas más aguerridos y que más resistencia presentaron ante la conquista española”.


4.2.- ANIMACIÓN 2D. SUB TÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el segundo tema:


De la ubicación


4.3.- ANIMACIÓN 2D. MAPA (Duración: 0.15)

Ubicación geográfica (voz en off de entrevistado sobre INSERT de mapa animado 2D). El mapa de paso a imágenes del viaje.


Quienes desean conocer El Paramito deben llegar primero a Timotes, la capital del municipio Miranda que se halla en plena ruta del páramo merideño. Una vez en el pueblo se emprende el camino de ascenso hacia el sector, para lo cual se requiere un vehículo de doble tracción.


En un lapso de 30 minutos puede cubrirse la distancia entre Timotes y la mancomunidad indígena El Paramito, como se le conoce al área en que habitan los timote –una modalidad de la figura jurídica de resguardo indígena–.


Con mucho empeño, tesón, y agrupados en un consejo comunal, los actuales habitantes de la mancomunidad han logrado mejorar considerablemente el tramo vial del caserío.


4.4.- ANIMACIÓN 2D. SUBTÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el siguiente tema:


De la etnia…


El investigador Luis Bastidas apunta que ni los documentos de archivo ni las crónicas coloniales dan cuenta de los timote como comunidad o parcialidad, sino como “pueblo de doctrina”.

La primera vez que son señalados como comunidad es en el siglo XIX, en el Documento de Adjudicación y división del Resguardo, sin embargo la etnología clásica y la historiografía tradicional crearon y difundieron el erróneo y confuso término de Timotocuicas, para referirse a los indígenas de Los Andes venezolanos, obviando fehacientemente las diferencias etnológicas y lingüísticas de los pueblos originarios de esta región, lo que puede haber generado que la actual cultura timote sea erróneamente confundida con los mal llamados Timotocuicas”, según aclara Bastidas.


Recomienda el docente con respecto a los “Timotocuicas”, empezar a erradicar “tan errónea afirmación de los textos escolares, pues estos nunca existieron ni como pueblo, ni como comunidad y mucho menos como cultura”.


4.5.- Animación 2D. SUB-TÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el siguiente tema:


De los antiguos…


María Alejandra Paredes –prefiere que la llamen Petra– es una de las adultas mayores de El Paramito. Recientemente murió, a los 77 años, Mauro de Jesús Ramírez. Otros ancianos por razones de salud se han visto en la necesidad de residenciarse junto a familiares en Timotes.


Petra tiene una explicación para todo lo que ocurre y es hoy día El Paramito. Es una celosa guardiana de la memoria oral de su pueblo. Memoria que comparte con todo aquel que esté dispuesto a escucharla atentamente. Memoria que ha transmitido a sus hijos y a sus nietos.


Con su peculiar dinamismo y mientras amasa “las redondas” (unas arepas grandes de trigo) cuenta diversas historias de lugares sagrados, espantos, arcos, espíritus y encantos “oídas a sus antepasados”.

Aquí todavía le ponen ropa roja a los niños –relata Petra– para protegerlos de los encantos. A los espíritus tampoco les gusta lo rojo. Los encantos son mudos, sólo hacen señas. Si los espíritus van a una casa y no les muestran cariño se van de esa casa y no vuelven. Cuando yo era pequeña le hacían a uno gargantillas de ruda con dientes de ajo para que los espíritus no se lo llevaran”.

En cada testimonio oral de esta habitante de El Paramito hay una urdimbre simbólica que enlaza a sus coterráneos, que les nutre su imaginario, su pasado, su presente y su futuro; en suma, su mundo mítico, religioso, su historia, su identidad.


Petra es la voz de muchos seres que la precedieron. Una voz que todavía resuena en ese lejano y frío lugar de la geografía merideña. Una voz que afortunadamente tiene eco en su descendencia. Y más que una voz es parte vital de una memoria colectiva.


4.6.- ANIMACIÓN 2D. SUB-TÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el siguiente tema:


Del páramo


Por entre los tupidos frailejones corren a sus anchas los niños de El Paramito. Juegan a ser jinetes. Cantan mientras se persiguen unos a otros sobre sus caballos de madera.


Mujeres en los umbrales de la vejez, como María Isabel Rivera, cargan sobre su cabeza un gran manojo de leña recién cortada para alimentar la lumbre del fogón. Los troncos los corta sólo en los sitios permitidos por el Ministerio del Ambiente. Hay zonas protectoras que no deben ser irrespetadas.


Durante el tiempo de moras –en verano– todos las cogen. Es uno de los pasatiempos predilectos de los niños y niñas que las prefieren directo de la rama a la boca. Los adultos igualmente recurren a este manjar del páramo para proporcionarse energía y calmar la sed mientras trabajan.


En momentos de sequía, los productores de El Paramito deben estar atentos para controlar los sistemas de riego. Con la asesoría de la Universidad de Los Andes tratan de disminuir el uso de plaguicidas en los cultivos tradicionales de papa, cebollín, acelgas, zanahoria y ajoporro.


La temporada de invierno somete a los habitantes de la mancomunidad indígena a bajas temperaturas e intensos aguaceros que les dificulta el traslado de sus principales rubros a los centros de acopio del pueblo. Sin embargo perseveran sin desfallecer en medio de las condiciones climáticas adversas.


CORTINA DE SALIDA


CORTINA DE ENTRADA


5.- Segmento B (Duración 11.00)


5.1.- ANIMACIÓN 2D. SUB-TÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el primer tema del segmento B:


De la cotidianidad…

En algunas viviendas de El Paramito (parte alta) aún sobreviven los fogones y la costumbre de reunirse en torno a ellos para espantar el punzante frío, consumir los alimentos, compartir historias lejanas en el tiempo, los cuentos del día, cálidas conversaciones o incluso hasta el silencio.


Aunque en la cocina de Petra Paredes el antiguo fogón fue reemplazado por uno “moderno” que tarda en arder y llena la casa de humo, ella no duda en afirmar que extraña su viejo fogón.


Familias como la de Ramón Araujo y su esposa Escolástica Rivas, construyeron junto a su casa un espacio de bahareque que alberga en su centro la leña y el fuego. A su alrededor hay unos asientos de madera que utiliza la pareja y su descendencia mientras se calientan el cuerpo o mientras cocinan las sopas de papa y garbanzo.


A tempranas horas del día las mujeres preparan las arepas de trigo o “redondas” –como acostumbran llamarlas– que sirven como acompañante principal del desayuno, el almuerzo y la cena.


La jornada laboral comienza con el ordeño de las pocas vacas que poseen algunas familias. Luego las energías físicas se concentran en los diversos cultivos y en el arado de la tierra que todavía se realiza de manera tradicional, en conjugación con las fuerzas del buey y del hombre.


Los tiempos de fiesta y conmemoración, como el Día de San Juan o Semana Santa tienen una especial significación culinaria para los timote. Durante la Semana Mayor los lazos familiares se estrechan con el “compartir” de los diversos platos que son preparados en abundancia por las mujeres, sobre todo las carabinas, unas hallacas largas y delgadas de harina blanca sin relleno, envueltas en hojas de la mata de Piñuela.


CORTINA DE SALIDA


CORTINA DE ENTRADA


6.- Segmento C (Duración 11.00)

6.1.- ANIMACIÓN 2D. SUBTÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el primer tema del segmento C:


De su mitología


Los timote de El Paramito adoran la laguna. Siembran el agua. Preparan sahumerios. Realizan ritos para proteger a las plantas en momentos de sequía y a las viviendas en situaciones de tempestad. Prestan especial cuidado y protección a los niños y niñas para que los encantos y espíritus no se los lleven.


Hasta hace pocos años los timote sentían pena de sus prácticas culturales. Se les dificultaba admitir su pasado, reconocer su mundo mítico, religioso, su historia. Se les dificultaba asumir su identidad como pueblo indígena.


Los timote, al igual que muchos pueblos originarios del estado Mérida y de Venezuela, tenían vergüenza étnica. Sentían pena por descender de indígenas, de esos seres tan maltratados siglos atrás por los conquistadores que se apoderaron de sus riquezas, de sus territorios, de sus fuerzas físicas, los mismos que trataron de borrarles sus dioses y acallar su cultura. Maltratados e ignorados también por un Estado que se negaba a reconocerles sus derechos, derechos que afortunadamente ahora defienden y no se dejarán arrebatar nuevamente.


CORTINA DE SALIDA


CORTINA DE ENTRADA


7.- Segmento D (Duración: 11.00)

7.1.- ANIMACIÓN 2D. SUBTÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el primer tema del segmento D:


De los pesares…


Como muchas comunidades rurales del país, la de El Paramito se enfrenta diariamente a carencias en materia de salud, educación, transporte y servicios públicos.


Pese a estar distantes del principal centro poblado –Timotes– los lugareños deben recurrir inexorablemente a él o a Valera, estado Trujillo, para hallar alivio a sus enfermedades.


Aunque sienten que dieron un paso adelante al lograr que en la localidad funcione un anexo de la Unidad Educativa Bolivariana El Paramito, cuya sede principal está en la parte baja de la zona, los timote aún no están conformes con esta medida. Consideran que no deben seguir dependiendo de otro plantel pues los niños y niñas en edad escolar se merecen una escuela propia, ajustada a las características climáticas del sector y a sus particularidades culturales.


También conviven diariamente con problemas de tipo ambiental originados por la quema de basura al no contar con un sistema apropiado de eliminación de desechos sólidos y la contaminación de las aguas por el excesivo uso de químicos y pesticidas.


7-2.- ANIMACIÓN 2D. SUBTÍTULO (Duración: 0.03)

Para presentar el siguiente tema:


De las esperanzas…


Entre el frío intenso y la neblina constante, los timote mantienen su resistencia cultural, es decir, defienden sus prácticas ancestrales y su propia visión del mundo.


Ya no dudan en reconocerse y ser reconocidos en Venezuela y más allá de sus fronteras como descendientes de indígenas. Tampoco desisten de su máximo objetivo como pueblo originario: recuperar el territorio ancestral.


Con el apoyo de la Universidad de Los Andes –a través de diversas investigaciones en el área de Antropología, Arquitectura, Medicina y Lingüística–, los habitantes de El Paramito trabajan en la concreción de una serie de aspiraciones colectivas, entre las que destaca la construcción de la casa comunal, un centro de asistencia médica y una sede adecuada para el funcionamiento de la escuela en la que pueda hacerse realidad otra gran aspiración: que los niños y niñas reciban una educación intercultural.


De los deseos particulares, sobresale la intención de “probar suerte” en el competitivo mercado del turismo merideño. José Régulo Ramírez cree que si puede obtener un crédito, él y su familia podrían armar una pequeña pero cálida posada, la primera que tendría El Paramito para recibir a las personas interesadas en conocer y disfrutar las bondades naturales de la zona.



PORTADA FINAL CON CRÉDITOS

viernes, 26 de marzo de 2021

Parmana, un documental de NaturACultura


1. Ext. Patios de Parmana. Día.

Varios parmaneros muestran tiestos que han encontrado de manera fortuita en los patios de sus casas o en las orillas del río Orinoco durante algún paseo. Se trata de restos arqueológicos que abundan en los suelos del pueblo, sobre todo cerca del río. Muy pocos saben que tienen en sus manos piezas del patrimonio cultural de la nación, legadas por los antiguos pobladores de ese recodo del Orinoco Medio que es Parmana.


Así puede comenzar el documental sobre esta comunidad a la que me acerqué a principios de 2007 para ver cumplida una meta personal trazada desde que comencé a preguntarme por qué, a pesar de haber vivido buena parte de mi infancia en Valle de la Pascua –la ciudad más cercana a Parmana y de mayor influencia– y haber pasado unos cuantos días de mi niñez en la parcela de mi padre, ubicada en las Mesas de Torrealba, dentro de la zona de Parmana, no recordaba haber estado alguna vez en el puerto del Orinoco del municipio donde nací, siendo tan significativo desde muchos puntos de vista este río, uno de los más caudalosos del mundo.


Y es que ni siquiera recuerdo haber visto imágenes de Parmana en algún momento. Estoy seguro de que nunca en la escuela Carlos “J” Bello me hicieron saber la importancia de Parmana con su riqueza natural inagotable. De hecho, creo que siempre asocié a “Parmana” como el nombre de la parcela de mi papá, que en realidad se llama “Las Maniguas”. Y resulta que Parmana es toda esa zona, de “45 leguas” según los entendidos, compuesta por varios caseríos y atravesada por grandes morichales, entre ellos Carapa, el segundo más grande de Venezuela después de Morichal Largo en el estado Monagas. Cuando mi papá decía “vamos para Parmana”, resulta que hablaba de una zona inmensa que tenía un puerto en el Orinoco, donde su parcela de 400 hectáreas era apenas un puntito y yo ni me lo imaginaba. ¿Qué será para los vallepascuenses que nunca han tenido ningún nexo con el sur del municipio Leonardo Infante? “Monte y culebras” como dicen los caraqueños del resto de Venezuela.


2. Ext. Los Hileros. Atardecer.

Renato “Tico” Rivero atraviesa con su trajinado camión el terraplén de Los Hileros, último tramo para llegar a Parmana. El grupo musical de los hermanos Higuera acompaña con una canción las imágenes de Los Hileros, sitio considerado una atracción turística del lugar. El terraplén divide en dos la sabana y forma un gran humedal a lo largo de sus siete kilómetros. Una voz en off habla sobre la ubicación geográfica de Parmana y las formas de llegar al pueblo, ya sea por la difícil carretera desde Valle de la Pascua tras un recorrido de casi cinco horas o por agua a través del Orinoco desde Caicara, tras hora y media de viaje en curiara con motor fuera de borda.


De esta manera podría continuar el documental que aguarda por su postproducción, después de varios meses en espera de los recursos necesarios. Cada comunidad depende en menor o mayor medida de otras más grandes, a las que hay que viajar irremediablemente cada tanto tiempo. Sin embargo, en cuanto al manejo de esas dependencias, los parmaneros han demostrado a través de décadas una gran paciencia.


Y es que parece que Venezuela no depende para nada de un sitio tan estratégico como Parmana y por esto ese aislamiento, en el que especialmente los “vegueros” del Orinoco demuestran su capacidad para ser lo más autosuficientes, con un desarrollo endógeno conservado gracias a una vida fluvial heredada de la más antigua tradición indígena. Y es que si bien están muy lejos de presentar algo parecido a una “industria veguera” como la que gustaría a los “empresarios” de la ciudad, su cultura los mantiene en esa situación de equilibrio agroecológico donde la naturaleza sigue dominando a los hombres por encima de cualquier amenaza pasajera, asegurando el futuro de ese mundo rodeado de agua y aire puro, espacios infinitos y tranquilidad.


4. Ext. Paisajes de Parmana. Día.

Con testimonios en off sobre la naturaleza que rodea a Parmana, vemos paisajes de los alrededores, tomando en cuenta sobre todo al río Orinoco, las vegas y la abundancia de árboles diversos. Al mismo tiempo los testimonios deben adelantar algo sobre cómo es la vida en Parmana, en función primero que todo del aprovechamiento sano de lo que ofrece la naturaleza.


Ya estaríamos en la cuarta secuencia, luego de una donde los más “antiguos” como el señor Rafael Rivero o la señora Columba Lara hablan de la fundación del puerto de Parmana. Esta secuencia nos adentra en la cotidianidad del parmanero y aparecen personajes como Carlitos y Ana, el primero, especializado en la fabricación de curiaras y hábil pescador, entre otras cosas, y la segunda, famosa por los exquisitos casabes que hace en el patio de su casa frente al Orinoco, ayudada por varios familiares, entre ellos el mismo Carlitos, quien se cuenta entre los pocos dispuestos a fajarse a rayar kilos y kilos de yuca para colaborar con el proceso que brindará a sus hijos parte de su dieta en los próximos días.





Hacia los minutos finales

Parmana, otrora epicentro de las civilizaciones de la cuenca interétnica del Orinoco, mundos primigenios de estos territorios demarcados hoy por imaginarias fronteras que delimitan un país llamado Venezuela. Son las once de la mañana. En una “Casa de Alimentación”, centro de servicio social destinado a dar de comer a personas en estado de indigencia en otras partes de Venezuela, medio pueblo va a buscar su ración de almuerzo en viandas. En su mayoría son niños y adolescentes los que acuden en compañía de sus hermanos menores. Una niña de once años pelea su ración a las cocineras. Son nueve en casa y sólo le han servido siete platos de hervido de gallina. Le dan uno más, pues la novena persona aún no está inscrita o censada. Muchos niños llegan mientras otros salen. Uno llega tarde en su bicicleta. Un amigo le dice que se acabó la comida.


Es invierno en Parmana. Llueve casi todos los días. Ya el tiempo de cosechas terminó y lo poco que ingresó a las familias sirvió para cancelar antiguas deudas y cubrir ciertos gastos. Ya no queda para la comida de los niños. Los que viven de la pesca están en periodo de veda. Deben esperar tres meses para volver a pescar como antes, para vender a los caveros que se instalan en el puerto de Las Peonías a esperar el fruto del trabajo de los pescadores, que se internan en el río día y noche sin descanso. Por supuesto, reciben una remuneración insignificante, para lo que termina costando el kilo de bagre, por ejemplo, en la mesa de las ciudades que lo consumen.


La vida en Parmana, tantas cosas que la hacen auténtica, cosas como las vaquerías fluviales, pasión de los jóvenes que no se pierden la oportunidad de trabajar en estas fuertes faenas sabana adentro, donde buscan el ganado concentrado en algunas islas para subir a las curiaras hasta cinco vacas que serán trasladadas desde las zonas anegadas hasta el pueblo y así salvarlas de desaparecer en las crecidas invernales. Después de tener todo este privilegio de entrar en la realidad desconocida del verdadero veguero del Orinoco guariqueño, con sus días de preparar el conuco, de hacer curiaras, de hacer casabe, pescar hasta de noche, de arriesgar el físico con las vaquerías y los animales briosos, es importante también dar a conocer algunas de las situaciones que hacen más duras de lo necesario el ser parmanero y veguero.


Están en el centro geográfico de Venezuela y son como invisibles. Pero están allí, integran un patrimonio natural y cultural de los más valiosos de nuestra geografía. El parmanero-veguero resiste y tiene esperanzas de seguir con su vida a orillas del Padre Río, pero también quiere ser mejor considerado por las autoridades que tienen la obligación de velar por la igualdad en los derechos de cada venezolano. 


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Escrito por Carlos Gómez de la Espriella en abril de 2007, publicado en la Edición Aniversario del Diario Jornada, Valle de la Pascua, estado Guárico, Venezuela.


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Puedes leer un artículo publicado en el New YorK Times sobre Parmana en febrero de 2020:


https://www.nytimes.com/2020/01/13/world/americas/Venezuela-collapse-Maduro.html





viernes, 19 de marzo de 2021

¿Quién quiere una bodega?

Cortometraje Documental - Taller. Valle de la Pascua, Guárico, Venezuela.




Sinopsis: Con la aparición de los supermercados y otras innovaciones urbanas, ha disminuido la importancia de las bodegas en Valle de la Pascua, relegando al bodeguero tradicional a un segundo plano comercial. Sin embargo, mantiene su vigencia como el surtidor comunitario más cercano.
Producto del Taller de Cine Comunitario impartido en Valle de la Pascua, municipio Leonardo Infante, estado Guárico, Venezuela. Facilitador del Taller Carlos Gómez de la Espriella Participantes del Taller (En órden alfabético) Barbar Ricardo Chacin Wolmer Correa Ramón
Ficha Técnica
Escalona Sergio Espinoza Sara González Angelys González Gustavo Guarán Claudia Guzmán Sober Hernández Luis Hernández Rosalía Herrera Julio López Héctor Matos Rosanna Mejía Anay Milán Affanys Pedrique Asdrubal Pérez Adolfo Pérez Jabier Rangel Arturo Ruiz Keimary Zerpa Marina

Dirección González Gustavo Espinoza Sara Rangel Arturo Ruiz Keimary Sonido Barbar Ricardo Milán Affanys Pedrique Asdrubal Fotografía Chacin Wolmer González Angelys López Héctor Cámara Gómez Carlos Producción Guarán Claudia Hernández Luis Pérez Adolfo Zerpa Marina Edición Gómez Carlos

Resposables de la entrevista
Correa Ramón Escalona Sergio Guzmán Sober Hernández Rosalía Herrera Julio Matos Rosanna Mejía Anay Pérez Jabier Laboratorio del Cine y el Audiovisual de Venezuela Centro Nacional Autónomo de Cinematografía

Documental - 8'27" - Venezuela - 2011


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Nombre del Taller: Taller de Realización Audiovisual Comunitaria

Facilitador: Carlos Gómez de la Espriella
Fecha: 26-09-2011 al 30-09-2011
Cantidad de horas: 35 horas
Lugar: Valle de la Pascua, estado Guárico

Informe


26-09-2011


El taller previsto inicialmente para Tucupido y luego cambiado para Chaguaramas, a última hora (el jueves 22 de septiembre) debió replantearse para Valle de la Pascua, donde el coordinador en materia de audiovisuales de la Universidad Bolivariana en esta ciudad, había solicitado este taller a Bladimir Rodríguez.


Por solicitud del Licenciado Adolfo Pérez - el mencionado coordinador de la UBV -, se decidió iniciar el taller el día martes 27, para poder hacer la convocatoria el día lunes, pues comenzaba el semestre en ese momento.


No obstante el lunes se aprovechó en una reunión con representantes de la UPAC Valle de la Pascua, con al finalidad de aclarar diversos puntos y considerar la posibilidad de reimpulsar a la UPAC a través del taller.


27-09-2011


8:00 am – 3:00 pm

Con la asistencia de unos 20 participantes, la mayoría estudiantes de la carrera de Comunicación Social de la UBV, mas 5 miembros de la UPAC Valle de la Pascua, se condensó el programa de los dos primeros días, teniendo la ventaja de contar con un nivel avanzado de los participantes, en relación a distintos tópicos.


28-09-2011


7:00 am – 2:00 pm

Grabaciones en la bodega del Sr. Crispín González, protagonista del documental. La dinámica consistió en conformar cinco grupos de cuatro personas, que se turnaron cada 30 minutos. En cada grupo había un responsable de dirigir, otro del sonido, otro de la fotografía y uno de la producción. El facilitador fungió de camarógrafo, interviniendo a manera de “demostración” en cada uno de los momentos que consideró importante.


29-09-2011


7:00 am – 1:00 pm

Se cumplió con lo programado para el cuarto día de taller, visualizando el material y editándolo con la participación colectiva.



30-09-2011


7:00 am – 1:00 pm

Se completó la postproducción y se tocaron varios temas según lo programado para el quinto día de taller. Se proyectó el documental, con la presencia del Sr. Crispín, protagonista del mismo. Se planteó la necesidad de apoyar a la UPAC de Valle de la Pascua, sobre todo en lo que respecta a investigación y guión.


Es importante destacar que en Valle de la Pascua existe un grupo llamado CLAP, que en paralelo a la UPAC viene desarrollando proyectos audiovisuales, pero más enfocados en la ficción. De esta fundación se contó también con tres participantes.